Hoy no hay tarea.
Un poco empachado después de comerme todos los huesitos de una vez, antes de que alguien me pudiera robar alguno, quería escribir algo... Bromas aparte, y recordando nuestra reunión colectiva de entrega de notas el lunes 25 a las 10:30, creo que ya está todo dicho. Agradecimientos, mensajes, regalos. Veo a la gente feliz y eso es lo que a mí me llena. Es lo mejor de mi trabajo con diferencia. Acordarme del que se atascaba empezando a leer, o del que se salía del camino de puntitos con las vocales, o el que no cogía bien el lápiz... y mirar ahora adónde han llegado. Las medallas, para ellos, que han trabajado como fieras. Yo únicamente he hecho mi trabajo como mejor sé hacerlo. Pero lo de esta clase es increíble, la calidad a muchos niveles que se ha juntado aquí. Lo más gratificante es ese cariño, esas palabras de gratitud, esa agenda (que es oro) y tantos detalles de lo últimos días. Me siento afortunado por haber podido guiar a este grupo. Creedme cuando digo que me han dado más satisfacciones a mí que yo a ellos. Ha sido un aprendizaje brutal para mí. Desde el principio eran especiales. Me ganaron ya hace mucho tiempo. Que ha sido duro, desesperante a veces, lo reconozco. Pero nadie dijo que fuera fácil. Y de esos marrones y de salir de ellos también hemos aprendido. Me siento agradecido de haber contado siempre con el respaldo y una colaboración de lujo de las madres y los padres de estos pequeñajos maravillosos que, perdón, ya los siento un poco míos. Me siento esperanzado y ojalá se vean los frutos de tanto esfuerzo colectivo trabajando valores, actitudes y conocimientos. Entonces estará todo completo. Lo bueno siempre se acaba. Vamos cerrando el blog. Pero en este caso se acaba lo bueno para que empiece lo mejor, que es lo que se merece la gente que hay en esta clase. Feliz verano para todos y en septiembre volvemos con las pilas cargadas, con más música, y ahí estaré yo siempre al loro por lo pueda hacer falta. El que ha tenido suerte he sido yo. Gracias.
David.
Un poco empachado después de comerme todos los huesitos de una vez, antes de que alguien me pudiera robar alguno, quería escribir algo... Bromas aparte, y recordando nuestra reunión colectiva de entrega de notas el lunes 25 a las 10:30, creo que ya está todo dicho. Agradecimientos, mensajes, regalos. Veo a la gente feliz y eso es lo que a mí me llena. Es lo mejor de mi trabajo con diferencia. Acordarme del que se atascaba empezando a leer, o del que se salía del camino de puntitos con las vocales, o el que no cogía bien el lápiz... y mirar ahora adónde han llegado. Las medallas, para ellos, que han trabajado como fieras. Yo únicamente he hecho mi trabajo como mejor sé hacerlo. Pero lo de esta clase es increíble, la calidad a muchos niveles que se ha juntado aquí. Lo más gratificante es ese cariño, esas palabras de gratitud, esa agenda (que es oro) y tantos detalles de lo últimos días. Me siento afortunado por haber podido guiar a este grupo. Creedme cuando digo que me han dado más satisfacciones a mí que yo a ellos. Ha sido un aprendizaje brutal para mí. Desde el principio eran especiales. Me ganaron ya hace mucho tiempo. Que ha sido duro, desesperante a veces, lo reconozco. Pero nadie dijo que fuera fácil. Y de esos marrones y de salir de ellos también hemos aprendido. Me siento agradecido de haber contado siempre con el respaldo y una colaboración de lujo de las madres y los padres de estos pequeñajos maravillosos que, perdón, ya los siento un poco míos. Me siento esperanzado y ojalá se vean los frutos de tanto esfuerzo colectivo trabajando valores, actitudes y conocimientos. Entonces estará todo completo. Lo bueno siempre se acaba. Vamos cerrando el blog. Pero en este caso se acaba lo bueno para que empiece lo mejor, que es lo que se merece la gente que hay en esta clase. Feliz verano para todos y en septiembre volvemos con las pilas cargadas, con más música, y ahí estaré yo siempre al loro por lo pueda hacer falta. El que ha tenido suerte he sido yo. Gracias.
David.
Huelva, Casa Colón, 16 de noviembre de 2017.
